domingo, 16 de diciembre de 2012

Cristo se detuvo en Éboli, de Carlo Levi

Una última lectura antes de terminar un año de blog,con casi 100 entradas distintas: un libro, una receta, siempre una canción y algún comentario personal ... Un año de amor, que versionaría Luz Casal demostrando que, además de una gran rockera tiene registro de baladista y hasta de cantante de boleros.

Una de las preguntas que a veces surgen...¿Cuántos libros leo en un año? Pues parece que unos 42 o 45... muchos domingos de reseña, una reflexión sobre lo leído y, a veces, la satisfacción de los comentarios de los otros.



En París, de trabajo y hace más de una semana, comencé "Cristo se detuvo en Éboli". Un gran libro para terminar un año de blog, para un año que acaba, para tener la oportunidad de pensar sobre la vida que pasa y sobre lo que nos pasa en la vida. Este libro está basado en la vida real del autor, Carlo Levi  (hermano de Primo Levi) que, represaliado por la Italia fascista de Mussolini, es condenado a exiliarse en un pueblo perdido del sur de Italia, Gagliano (en la zona de Lucania).

Un destierro interior en los años 30 en Italia...


Es un libro de alguien que tiene mucha paz en su vida, no es un libreo escrito desde la rabia del destierro sino desde la generosidad y el asombro de quien descubre, día a día, un mundo nuevo, con pocos prejuicios y mucha inteligencia emocional... El Carlo Levi que tiene que hacer de médico por obligación, el que se enfrenta a la vida rural, sin concesiones, el pintor que observa el entorno, el que es espectador asombrado de un mundo rural y fantástico (pero tan moderno como la literatura fantástica del boom hispanoamericano!!!)

Describe ese mundo rural italiano con toda su rudeza y toda su crudeza: infectados por el paludismo, dominados por el caciquismo, la gente vive en un entorno insalubre, inculto, lleno de prejuicios y con un sistema de castas muy acusado.  Campesinos que van a América y cambian de vida pero vuelven al pueblo y todo sigue, mujeres agotadas por el peso del agua, de los hijos y del campo, en definitiva, el peso de un destino del que parece imposible escapar. Sin embargo, es una descripción hecha desde el corazón y el cariño, sin el esnobismo del hombre de la ciudad, sin la lejanía de un narrador ajeno y omnisciente... Y es ese punto de vista del autor lo que hace de la novela una gran obra que merece la pena  porque nos transmite un enorme respecto por "los otros". Porque nos acerca a ellos, porque nos hace sentirnos parte de una cadena humana infinita...

"... aquella compasión, aquella resignada y solidaria paciencia secular era el profundo sentimiento común de los campesinos, vínculo no religioso, sino natural. Ellos no tenía, no podían tener lo que se suele llamar conciencia política, porque eran, en todos los sentidos del término, paganos, no ciudadanos..."

Es esa combinación entre el tono, nunca condescendiente ni paternalista pero siempre respetuoso, y la perspectiva narrativa de un autor asombrado e inteligente lo que nos mueve a la reflexión y a la comprensión.

En un mundo en el que damos mucha importancia a los hechos y a la velocidad de los mismos (y más aún en el siglo XX), a la política o al triunfo, Levi nos descubre algo más profundo y atávico en el hombre y en su relación con la tierra, somos tierra... el destino del hombre está por encima de ¿lo que llamamos civilización? Porque, realmente, la civilización es un hecho cultural  pero también Altamira lo fue y lo son otras muchas...

"La Virgen del rostro negro... no era la piadosa Madre de Dios, sino una divinidad subterránea, negra por las sombras del regazo de la tierra, una Perséfone campesina, una diosa infernal de las misas."

El autor nos obliga a reflexionar sobre la civilización moderna porque sólo perdura aquello que es común a todas las civilizaciones.

Los ojos con los que vemos el mundo, son los ojos de nuestras emociones y de nuestras ideas previas pero sólo el respeto ante lo diferente, solo la mirada asombrada de quien quiere entender sin prejuicios es lo que nos permite descifrar nuestra relación con el entorno en el que nos toca vivir.


Gracias a todos los que habéis leído, participado, comentado este blog!!!! 

Melody Gardot "La Chanson des Vieux Amants" (Jacques Brel) 

Arroz con pulpo y langostinos, low cost!


Un arrocito barato, rico y sabroso, aprovechando la receta que aprendí el lunes en el curso de cocina de Andrés Mariscal: "Cocina creativa para Navidad, low cost", en Kitchen Club! Gran curso-cena desgustación!

Adapto a mi manera, la receta de Madrigal... con arroz redondo, de gran calidad y con un suquet de pescado comprado... langostinos, pulpo, fondo para caldo de pescado congelados y comprados en tienda. Cocina sencilla y barata, buscando nuevos sabores... como dice aquella canción de mis recuerdos, Con las manos en la masa, del programa del mismo nombre, en versión de Joaquín Sabina y Vainica Doble...hay días de cocina de altura y hay días de cocina sencilla...


Ingredientes:

  • Una cola de pulpo cocido (congelada);
  •  1/2 paquete de langostinos congelados medianos;
  • cebolla picada (también congelada);
  • concentrado para caldo de pescado (congelado);
  • 1 taza generosa de arroz; (es arroz especial redondo, tarda 18 minutos en cocer)
  • 3 tazas de agua,
  • azafrán auténtico;
  • 2-3 ajos sin pelar;
  • 1 tomate;
  • cilantro y perejil;
  • sal y pimienta;
  • unas gotas de tabasco
En una cazuela se pone a sofreír el ajo y la cebolla a fuego lento que vaya pochando sin dorarse demasiado, se añade el tomate más triturado que cortado y, a continuación, se añade el arroz y se remueve todo para que se empapen los sabores. Se añaden las hebras de azafrán en el borde de la cazuela y se mueve bien todo. Entonces, se añade el preparado de caldo de pescado, el agua y se deja cocer a fuego fuerte al comienzo (y luego, a fuego medio). Yo añado colorante porque a mis hijos les gusta el amarillo fuerte del colorante "carmencita"... haha. 
Cuando se baja el fuego, se añaden los trocitos de pulpo (bien picados), las hierbas y los langostinos, casi al final.  Remover el arroz, se salpimenta, se añade agua si es necesario y unas gotas de tabasco....
Listo para servir y comer (se tarda media hora en hacerlo).
Y si tuviera que poner música a este plato, a este fin de semana, a estos sabores con unos sonidos que nos den sentido a las cosas y nos acompañen en estos días de diciembre, de un año que se acaba... hoy os pondría The long run, de Eagles porque es un largo camino, siempre es un largo camino....


Y con esta receta, me despido desde la cocina después de un año de blog, una receta cada semana (casi siempre)... recetas de diario, recetas de fiestas, recetas compartidas, migas, cocina tradicional.

"I used to hurry a lot, I used to worry a lot
I used to stay out till the break of day
Oh, that didn't get it,
It was high time I quit it
I just couldn't carry on that way
Oh, I did some damage, I know it's true ..."
(Eagles)