domingo, 15 de septiembre de 2013

Cuatro años en Paris, 1940-1944, de Victoria Kent

Victoria Kent, lo magnífico de este libro es que te provoca una enorme admiracíón hacia su autora y te entran ganas de leer más cosas sobre ella... Victoria Kent, feminista, socialista y sobre todo una mujer luchadora que defendió sus ideales hasta en los tiempos más difíciles.


Victoria Kent, en sus años oculta en Paris durante la ocupación nazi, se transforma en un personaje masculino y desde esa voz nos narra no sólo su situación de encierro sino también su propio pensamiento y sus sentimientos sobre la política, la muerte, la guerra y la libertad y sobre todo, cuestiona la incapacidad del hombre en rebelarse frente a un nazismo cruel que asesina en masa a judíos y destroza la identidad de las personas.

Con una base de novela, narrada en primera persona, el libro crece en interés, cuando se convierte en ensayo. Victoria es Plácido, un hombre que a ratos es contemplativo y a ratos combativo... El tono de espera del comienzo se va convirtiendo en un grito de rebeldía hacia el entorno en el que se desarrolla la trama, Francia, España o Rusia se convierten en material literario del ensayo.

Es una obra muy interesante que provoca admiración hacia los hombres y mujeres, como Victoria, que fueron honestos y valientes en aquella época terrible de nuestra historia pero también es un libro para la reflexión, no sólo política, sino también vital, sobre le sentido de la vida...

Dice mi amiga Eva que septiembre es un mes para renacer y eso es lo que hacemos después de cada verano, reinventarnos a nosotros mismos, hacernos promesas de cambios, intentar nuevos retos, aprender algo que dejamos atrás, comprar flores... Armin van Buuren: This is what it feels like


Asi que uno planta su propio jardín y decora su propia alma, en lugar de esperar a que alguien le traiga flores¨.

Bizcocho de yogur...de straciatella!

Comprobado, el bizcocho de yogur de toda la vida sale riquísimo con un yogur de straciatella y unas pepitas de chocolate...

Ingredientes:


  • 1 yogur de straciatella;
  • 1/2 vaso de yogur de aceite;
  • 2 vasos de azúcar;
  • 3 vasos de harina bizcochona;
  • 3 huevos;
  • raspadura de limón
  • pepitas de chocolate.



Y..como dice Paola, ponle una cucharadita de levadura si no utilizas harina que ya lleva (como la harina bizcochona), mete la masa en el molde y al horno, a unos 150 grados, durante 30 mns aproximadamente. Que haríamos sin las amigas.... (Añadido 1 día después...jaja).

Una receta de siempre, algo tuneada para que nos sepa a chocolate... un septiembre en el que volvemos a las rutinas, a los horarios, al día a día con nosotros mismos y con los que convivimos. Son unos días para ajustar nuestra cabeza y convertir en recuerdos, los paisajes de nuestra retina del verano, las risas, las cenas con amigos y los buenos momentos.

El verano ha terminado! Ojalá recuperemos las recetas, como estas, y la vida de siempre con la energía suficiente como para transformar nuestras rutinas en algo agradable... y acudamos a la filosofía de lo cotidiano para entender que cada uno de nuestros actos en la vida tiene sentido cuando nosotros somos capaces de dárselo, aunque sea un simple despertar por la mañana... Avicci, Wake me up


sábado, 31 de agosto de 2013

Crematorio, de Manuel Chirbes

Una voz original en la narrativa actual española...

Rafael Chirbes escribe bien, muy bien, es un hombre de gran cultura que no sólo maneja con habilidad las referencias literarias sino que hace un análisis político y social de distintos temas de actualidad con humor y distancia suficientes como para convertirlos en argumentos narrativos.

A Chirbes lo vi en una caseta en la Feria del Libro, dispuesto a firmar ejemplares a unos lectores que no aparecían. En las casetas vecinas, presentadores de TV que llenan páginas, que no escriben  literatura tenían largas colas. Después de leer este libro, personalmente, dan ganas de conocerle y charlar con él, el libro es interesante, el autor es interesante.

Crematorio es la metáfora de una sociedad corrompida y depredadora que quema todo aquello de lo que venimos, en España,especialmente en Levante, por la especulación inmobiliaria. Pura realidad, expresada desde el punto de vista de un coro de protagonistas, familiares y amigos, de Matías Bertomeu, un izquierdista aburguesado, con una vida de luces y sombras. En las últimas horas de Matías, en su muerte, estos personajes van tejiendo sus pensamientos y sus vidas, bien a través de un monólogo interior, como en el caso de Rubén, hermano de Matías y protagonista real de la trama, bien a través del narrador.

Son personajes diferentes, que se expresan sin concesiones, de una forma lineal, sin cortes, sin diálogos, con un tono pesimista que se va concatenando en todos ellos, en todas sus voces y que le da un tono ceniza a toda la obra. Rubén es el promotor inmobiliario sin escrúpulos, Mónica es la segunda esposa, joven, desclasada y arribista, Silvia es la hija de Rubén, alejada ideológicamente de su padre pero unida a él en lo más profundo, Federico Brouard, es el amigo de ambos hermanos, escritor y vividor que está también al borde de la muerte, Juan, el marido de Silvia, Rafael Collado, la mano derecha de Ruben al comienzo pero ahora en sus horas bajas... los rusos, la madre de Rubén y Matías, las dos esposas de éste... Diferentes perspectivas, a través de las voces de todos ellos que se manifiesta con una enorme crudeza; es la vida como es, ante la muerte pero, curiosamente, no pasa nada, no hay acción es un flash back a través de las voces de los personajes con sus luchas interiores, sus deseos, sus contradicciones, sus inquietudes y sus enfrentamientos.

Es una gran novel de crítica social sobre nuestra sociedad, bien escrita, que plantea una crítica global sobre la sostenibilidad de nuestra sociedad pero sin posturas políticas específicas, sin un posicionamiento explícito... sólo los hechos, sólo un feroz análisis de la realidad.

Una estructura trabajada a través de las voces de los personajes y que se artícula en torno a 13 capítulos en los que destacan los 3 monólogos de Rubén, la voz más contradictoria, el personaje con más matices.

Me ha gustado esta novela, aunque a veces pierdes el sentido de quien habla, lo que exige un esfuerzo en el lector. Pero también es de agradecer que no sea fácil, que nos obligue a pensar... por lo que dice y por cómo lo dice; fondo y forma, que aquí están perfectamente conectados.

Si le tuviera que poner una música a Crematorio, lo primero que me viene a la cabeza es esa voz ceniza, dura y que transmite tanta emoción, como la de Leonard Cohen en Who by fire



domingo, 25 de agosto de 2013

35 muertos, de Sergio Álvarez


Fantástica, conmovedora, como un gran mosaico de la vida y, en particular, de la vida en la Colombia más reciente.

Para escuchar con esta novela, nada mejor que una canción con una gran letra, más allá del narco-corrido, y que  no sólo aplica a Colombia. En estos tiempos que corren en España, de corrupción y crisis, no viene mal prestar atención, la canción se llama "Untados", del grupo Aterciopelados.

Es una de esas novelas totales que quieren abarcar la historia de la vida, de la vida del protagonista (sin nombre) y de la vida en general en un país lleno de contradicciones y en constante cambio, que es Colombia en la novela (y España al final) pero que tiene valor universal porque podría ser Egipto, o Israel, o la Francia del XVIII o cualquier territorio de fuertes contrastes que quiere cambiar, que lucha por cambiar...

A mi me recuerda en algo a "La ciudad de los prodigios", de Eduardo Mendoza, quizá por esa galería de personajes tan peculiares y con tanta fuerza que, sin embargo, no quitan la primera plana al protagonista sin nombre. O quizá por ese reflejo de una sociedad en todos sus ambientes, desde la marginación a la burguesía o a los poderosos; ese mosaico de personajes, acción y distancia irónica en el tono que hacen que una historia transmita vida, más allá de la literatura.

Los hechos que se van narrando son los que son y abarcan esa geografía humana que va desde el bandolero "Botones" con el que se inicia la novela, al padre que se arruina y se mete en política,  a los paramilitares, a los movimientos de izquierdas (el MOREI, la política de Pies Descalzos), y a todo lo que rodea el barrio, la droga, el ambiente universitario y el business. Son trepidantes y están magnificamente conectados en una sucesión lógica del paso de la vida en el protagonista. Si las primeras diez páginas de la novela te atrapan, el resto de la obra sigue entreteniendo hasta el final. Criminalidad pero también ideales de cambio progresista, la universidad, los burdeles, o la carcel. todas las historias como un cóctel de contradicciones: el sicariato y el amor, el deseo y el robo.

Bien estructurada, bien escrita y con unos personajes inolvidables: Cristinita, el Pollo Fajardo, el Diablo, el Pacho Moscoso, Felipe Sáenz, Marcos, Quique, Natalia, Camila, María Paula. Es la historia de las relaciones del protagonista con cada uno de ellos, de sus encuentros y, sobre todo, de sus abandonos porque es un libro con muchas despedidas y muchos adioses sentimentales... habla de las personas con las que hacemos el camino y de cómo se van, o nos dejan en la vida...

Tiempos y geografías: La novela habla de la vida en Colombia desde 1965 hasta el año 2000 en que llega a España. Barrios bajos de Bogotá, como La Candelaria, o ciudades como Medellín, o el valle del Cauca, entre otros.

Las telas, las casas, los colores, los paisajes... son esas cosas que nos transmiten a cada uno la sensación de estar en casa, el vínculo con lo que somos, la sensación de formar parte de algo que existe y que seguirá existiendo más allá de nuestras vidas.



"Usted no entiende, le dije. [...] Usted llegó a viejo y no se dió cuenta de cómo funciona este país. [...] Con muertos, hermano, en este país el que no ha matado o mandado matar a alguien no progresa. Lo miré asustado. Créame, hermano, aquí la muerte manda y el que no mata ni manda matar no es nadie, no vale nada."

Como dice la canción, "la vida no vale nada, no vale nada la vida", en versión de Lila Dawns.



domingo, 18 de agosto de 2013

Calle de la Estación 120, de Léon Malet


Los veranos tienen sus rutinas propias, alejadas de las del resto de los meses y eso es lo que convierte al tiempo del verano en el tiempo de las promesas, el tiempo de las cerezas o en el tiempo de recuperarnos de soledades y responsabilidades... Las uñas rojas, las piernas negras, el mar verdiazul...

Calle de la Estación,120 es una magnífica novela negra que parte de la Segunda Guerra Mundial, de esa Europa de fin de guerra con una Francia dividida en dos aún que se convierte en el escenario perfecto para un crimen con muchas ramificaciones... Una identidad falsa, un colaborador que muere en circunstancias extrañas y un regreso a Paris del prisionero y antes detective, Néstor Burma, son el punto de partida para una investigación que va gestionando el descubrimiento de las pistas y la trama de un modo casi perfecto.

El protagonista, brusco en sus comunicaciones, con movimientos rápidos, inteligente en sus conclusiones y con una gran dosis de intuición es el núcleo de la trama literaria. Un detective, que cumple con el arquetipo de novela negra, que actúa de forma contundente y que dosifica las conclusiones de sus investigaciones tanto para el resto de los personajes como para el propio lector.

Esta novela es muy recomendable para todos los que tenemos pasión por Chandler, Simenon, Camilleri, Boris Akunin y tantos otros...

Un verano de luna azul, luna llena de agosto, una música que transmita buen rollo, esas músicas que nos acompañan en vacaciones y que nos hacen ver con otros ojos, el mar, la montaña, los pinos...y la arena de la playa!!! Haha...en memoria de Bob Marley, esta gran versión de Could you be loved? 




Tarta de limón en Manresa


Todos lo veranos, todos los amigos que pasan por aquí... todas las celebraciones, los encuentros, despedidas y, como siempre, una ensaimada de crema, unos higos con queso o una tarta de limón.



Ingredientes:
  • zumo de 3 limones;
  • 4 huevos;
  • 1 bote de leche condensada;
  • 1 paquete galletas maría;
  • 2 cucharadas de mantequilla;
  • 1 chorrito de leche.






¿Cómo se hace?

Muy fácil, en 10 minutos!!!!! Se machacan las galletas, se mezclan con las dos cucharaditas de mantequilla y el chorrito de leche para que quede una pasta y se pone en la base del molde en el que se vaya a hacer la tarta.
En un cuenco aparte se mezclan las yemas de los huevos, la leche condensada y el zumo de los limones. Se bate todo bien y se coloca encima de la masa de galletas. Por último se ponen a punto de nieve las claras y se coloca el merengue por encima. 
Se hornea 10 minutos para que el merengue se tueste a fuego lento y se saca.


Una canción para el verano, un tributo a ese chill out en el que pasamos tantas horas, Antonio Orozco con Malú en Devuélveme la vida. Una montaña al fondo, como un "monte Fuji" sentimental y personal...


martes, 23 de julio de 2013

La liebre de los ojos de ámbar, de Edmund De Waal


La liebre... es la historia de una familia, de origen judío, a lo largo de los siglos XIX y XX en Europa.

Es una obra que elegimos en la tertulia literaria, por recomendación de Alice (artista del barro y  y para mi, esta novela, es la mirada asombrada de un artista a un pasado que quiere entender en su familia y en época... Por eso, la trama es muy lineal y le falta transmitir emociones, ese sentido de trascendencia en los grandes temas universales (amor, pasión, muerte, lucha...) que hacen de un libro, una obra literaria. Es una historia para transmitir a los tuyos, a los que te rodean , es una historia de un autor, de un creador, que se quiere explicar a si mismo... y, si bien está escrita con acierto, carece de la fuerza que hace que un libro nos emocione, que nos llegue dentro...

Lo más curioso e interesante del libro es la historia de los netsuke, unas pequeñas figuras japonesas de diferentes materiales, de barro, madera o marfil, a modo de botón, de la que la liebre es una de ellas y que sirven al autor como elemento literio de apoyo para contar la historia de su familia. Los netsuki existen y curiosamente son unos botones que cierran el bolsillo (la riñonera del kimono, para entendernos),  una vez más unas objetos que empezaron siendo algo útil y acabaron convirtiéndose en objeto artístico.

Esa escritura minuciosa, con mucha descripción de edificios, ciudades y arte, la utilización literaria de los netsuke... todo responde a la mirada de un gran ceramista, Edmund de Waal, el autor. Y si el libro no es trascendente aunque se lee bien, el cermista británico actual me parece un artista de categoría, innovador en las formas, heredero de la tradición japonesa de los mejores esmaltes y cuya obra espero ver la próxima vez que vaya a Londres.  


Cerámica con mayúsculas que más allá de la pieza individual se convierte en instalación artística... 
La conexión entre literatura y cerámica... contar historias a a través de diferentes materiales: el barro, la palabra, palabra que se hace música en la voz de Melody Gardot en Amalia, que recoge sonidos lisboetas que prometen...